La 61 clásica Gran premio de Llodio, el sábado pasado, fue el lugar y el momento en que, Oscar García-Casarrubios, el menudo escalador de Campo de Criptana regresaba al pelotón profesional, "volvía a sentirme ciclista de verdad". Y lo hacía enrolado en las filas del debutante Heraklion-Kastro-Murcia. "Se lo han currado de lo lindo para que volviéramos a estar muy presentes", significa Oscar García-Casarrubios en deferencia hacia los rectores de la escuadra greco-murciana. El entusiasmo que reflejaba su cara podía extenderse al resto de la plantilla, "incluso a nuestros compañeros de equipo griegos, que competían a la par que nosotros en Partizan (Belgrado)", añadía el manchego.
El escenario y los adversarios le obligarían, como al resto de compañeros del Heraklion-Kastro-Murcia desplazados a Llodio, a emplarse a cien por ciento. "Fue una carrera muy dura, tanto por lo rápido que se íba en un terreno tan abrupto como el vasco, como por la calidad de los competidores y las inusuales altas temperaturas en esas latitudes", comenta García-Casarrubios. Su terreno predilecto es la montaña, "pero sabía que acusaría la falta de competición en estas alturas de la temporada, cuando hay quienes -incluso- ya andan afinando su pico de forma". Aún así, García-Casarrubios solo cedió poco más de dos minutos respecto al brillante vencedor, Ángel Vicioso. "Tenía muchas ganas de hacerlo bien, de estar delante, porque me sentía bien. A falta de una decena de kilómetros para alcanzar la meta, a un kilómetro de coronar el penúltimo puerto, note un vacío múscular, y no pude mantenerme con los de cabeza".
Un día después, en La Rioja, García-Casarrubios sorprendió con su presencia en la fuga buena de la larga jornada. "Salí con la premisa de estar muy atento, y al ver un corte bastante numeroso, no dudé en meterme. Empezamos a aumentar la diferencia con el pelotón, a la vez que me íba encontrando con buenas sensaciones. Pero no pude evitar que se marcharan seis corredores por delante nuestra. Aún así no nos frenamos, detrás íbamos persuiguiéndolos, pero también atacándonos. Preocupaba que el pelotón tiraba con fuerza, ya que nos íba recortando bastante la diferencia. Nos pillaron a treinta kilómetros de la meta. Intenté seguir a la cabeza, pero noté la fatiga de la escapada", relata. La parte positiva -para García-Casarrubios- se acrecenta con las "buenas sensaciones vividas", así como también destaca "el extraordinario ambiente que existe en el equipo".
Este viernes, García-Casarrubios viajará vía aérea -desde Barajas- hasta Irán, donde le aguardan dos pruebas por etapas que le mantendrán fuera de casa hasta el día 17 de mayo: Azerbaïjan Tour (3 -8) e International Presidency Tour (11 - 15). "Va a ser una experiencia única, de experimentar un ciclismo distinto, y unas competiciones en las que habrá que estar todos los días muy atentos, ya que constan de equipos de solo cinco corredores. Será difícil controlar, así que habrá que intentar no perder la vuelta en los primeros días. Aunque, en Azerbaïjan habrá que esperar - por mí- al quinto día que acaba en alto, para ver si podemos disputar la general. La otra vuelta, en Irán, será parecida, con la excepción de que el primer día hay una cronometrada individual de 8 kilómetros que puede marcar diferencias en la general provisional, ya que el cuarto día hay montaña, aunque no es final en alto", concluye.
Fuente: Prensa Heraklion-Kastro-Murcia
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